Verdades como Puños






Capitán Tsubasa
(o como meter un gol en 7 capítulos)

Suena el pitido inicial de la gran final y el balón le cae a Mark Lenders – Asier -, que lo maneja con sus potentes piernas de saltador de obstáculos y se escapa por la banda mientras deja tras de sí a todos sus perseguidores. Mientras intenta llegar a la portería contraria, los recuerdos se agolpan en su mente. Todas aquellas jornadas líder, los insultos y desprecios de los rivales, el final de la anterior temporada, cuando el campeonato ya era suyo pero los errores finales le hicieron perder el premio, el sabor amargo de la derrota y la promesa de venganza. Como en una película antigua, con los fotogramas pasando a cámara lenta, Mark Lenders levanta la diestra y se prepara para lanzar su famoso tiro del Tigre, que en esta jornada golpea en la panza del portero y lo introduce dentro de la red. Mark consigue adelantarse en el marcador y el partido se le pone de cara.


Desde el banquillo, oculto tras sus eternas lentes negras y con barba de varios días, el gran entrenador Roberto Cedhino – Héctor – sigue las evoluciones de los jugadores. Perro viejo, curtido en mil batallas, se resiste a estar fuera del fútbol y con su sabiduría y buen hacer puede llevar a su equipo muy lejos, pero el gol de Lenders le ha golpeado en la línea de flotación y la libreta del mister se tambalea. En estos primeros tanteos del partidos, tras las gafas de sol al mejor estilo Risto, pasan sus momentos de gloria con el podium, los sinsabores de las discusiones y los pequeños triunfos. Deberá cambiar la táctica si quiere frenar al capitán del Toho.


En el eje de la defensa se encuentra el enorme Clifford Yuma, que con un estilo poco depurado pero mucha fuerza y mala leche en las entradas consigue erigirse como el gran kaiser de entre todos los jugadores. Ya en su día su contundencia lesionó en el hombro al bueno de Oliver, y con pocos argumentos de cara al arco contrario, se defiende con sus temibles chuts desde el medio campo que en ocasiones terminan en gol y otras en la cara de Bruce. Mirando al horizonte desde su posición en la zaga, repasa todos los buenos y malos momentos vividos, los encontronazos con Lenders, las incursiones de jugadores de fuera de Japón en la liga, las lesiones propias y ajenas sufridas durante todo este tiempo y la esperanza de ser el campeón que sus fieles esperan de él. Si atina con sus balonazos y Bruce se aparta, puede ser importante en el partido.


El balón vuelve a rodar tras el saque del gol y le llega a Oliver Aton – Sergio – que lo recibe por el centro y con él en los pies se lanza resuelto hacia la portería contraria. Para Oliver el balón es su mejor amigo desde que le salvó de un atropello y le dio una victoria en tiempos pretéritos sobre Mark. El capitán no acaba de encontrar su juego en el partido, puede que por baja forma, aunque la lesión perpetúa en hombro, que lleva en cabestrillo, tampoco le ayuda. Pero son ya muchos los partidos comenzados con resultado en contra y remontados por su equipo, por lo que Oliver sabe que con lucha, deportividad y saltos de 4 metros de altura, el partido se puede ganar. Ha logrado diblar a dos contrarios mientras recuerda la primera victoria sobre Lenders, la entrega del primer campeonato y el apoyo de amigos y rivales en aquellos momentos de gloria, el sabor a hiel de las derrotas, las lesiones y disputas. Oliver llega a las inmediaciones del área y levanta la pierna para realizar su tiro del aguila. El Balón sale como un misil, se abomba una y mil veces... y se va muy alta al quinto graderío. Oliver aprieta los puños.


Desde la banda derecha Ted Carter – Pedrosa – contempla el fallo de Oliver y se lamenta de la ocasión perdida. Desde su lugar en el campo espera, con su eterno diente enmarcado en la mejor de las sonrisas su momento para lograr un pase ganador o un gol que lo encumbre. Mientras se prepara para defender, por su mente pasan el efímero liderato, las locuras de juventud en defensa, los fichajes y millones desperdiciados, los nuevos momentos de gloria y la incertidumbre del resultado final. La melena de Ted Carter ondea al viento mientras espera su oportunidad.


En la meta el gigantón Teo Sellers – Mikel – pone el balón en juego y de un tremendo chut lo manda al área contraria. Pese a su tamaño, el enorme cancerbero tiene una destreza envidiable, gran movilidad, tanto en el arco como en toda su área de defensa. Es casi invencible pero tiene un único punto débil, que son los balones entre sus piernas, por el que le han colado un par de balones rastafaris. Mientras el balón vuela a velocidad de crucero atravesando el campo, Teo rememora la gloria de los buenos partidos realizados gracias a sus aciertos en la delantera, los sinsabores de los fichajes frustrados y la esperanza de estar entre los mejores. Como buen portero, será decisivo en el resultado final del encuentro.


Desde el banquillo, con el deseo de poder entrar y ayudar, está Alan Crocket – Tomy – el portero con menos minutos de la historia. Alan ha entrenado duro pero no logra hacerse con el puesto. Ahora repasa los momentos duros, las disputas con otros jugadores, ver que los otros porteros paran los goles con los ojos tapados por la gorra mientras si a él le tiran de la otra portería se le cuela sin problemas y las interminables horas calentando banquillo. Pero Alan es optimista y mira hacia delante, sabe que su oportunidad llegará y sigue perfeccionando su mejor parada, detener el tiro del tigre con la cara.


El balón lanzado por Teo Sellers le llega a Julian Ross – Larroda – que comienza un nuevo ataque en busca del gol, pero tras recorrer 20 metros y diblar a un contrario, la enfermedad cardiaca del emperador del terreno de juego le obliga a pedir el cambio entre estertores. Tras poner de nuevo su vida en juego para recorrer tres zancadas, el querido por todos Julian, tumbado en el césped a la espera de la camilla, cierra los ojos y su vida pasa por delante suyo en unos instantes interminables. Recuerda sus mejores épocas, cuando sus dos piernas forjadas a base de talonario funcionaban sin miedo a las maldiciones, las agrias polémicas por el fuera de juego marcado la temporada pasada y sus siempre buenas intenciones. Quizás en el próximo partido Julian Ross puede recorrer toda la banda y realizar una de sus famosas chilenas estratosféricas.


El esférico rechazado le llega a Bob Denver – Dani -, que desde la defensa rearma el ataque del equipo y busca desesperadamente un compañero al que pasarle la bola antes de que le compliquen la jugada. Con un escorzo, en semi-fallo y cayéndose, Bob logra lanzar un pase magistral a la delantera y mientras el esférico describe una parábola a 100 metros de altura, los recuerdos se agolpan en la mente del defensa. Bob recuerda las jornadas anodinas en tierra de nadie, los incontables errores una y otra vez repetidos, las apuestas a su favor y el eterno resurgimiento. El resto de zagueros aplauden, le dan dos picas y se lanzan al ataque.


El balón le cae a dos contrarios que no son otros que los gemelos Derrick – Borja, que vale por los dos hermanos -, que toman la pelota y cruzan paredes para atravesar el campo en cuestión de segundos. Mientras alcanzan el área rival, uno de ellos se lanza el suelo y el hermano se apoya en sus piernas para hacer la catapulta infernal. Mientras se eleva medio kilómetro por los cielos, los gemelos rememoran la buena temporada del año anterior y las derrotas de este, los cientos de fichajes frustrados y la promesa de dar guerra de nuevo. Mientras gira en el aire y se coloca el pelo al estilo Lobezno, realiza la chilena y el balón se convierte en un pepino directo a la meta, pero el balón golpea en el larguero y el rebote llega hasta el medio campo.


El balón le cae a Tom Baker - Jorge -, el jugador más querido junto a Julian, que de un toque certero controla el balón y toma la dirección de la portería contraria. Mientras dibla a varías rivales dejándoles en el suelo, escapando de brutales entradas con la plantilla por delante, Tom recuerda evoca los buenos momentos del inicio de liga, las derrotas cosechadas una y otra vez desde entonces y siempre la mejor de las sonrisas, el apoyo al compañero. Para Tom Baker cada partido es una nueva fiesta, pero las combinaciones con Oliver o Julian no funcionan y sus pases acaban en los contrarios. Tom Baker arma la pierna y se dispone a lanzar un chut, pero su pierna golpea el suelo, rueda varios metros y el balón se pierde hasta llegar a los pies de un contrario.


Y ese contrario no es otro que Phillip Callahan – Luisda – que se ha colocado una cinta en el pelo que asegure la victoria, pero que de poco le va a servir, como es lógico, por otro lado. Pese a las derrotas, Phillip no se acobarda y lo confía todo a su cinta. Con ella ondeando al viento se lanza al ataque y aparecen los recuerdos, los buenos momentos cuando fichar era tan fácil, las jornadas de gloria, la caída, renacimiento y vuelta a caer de esta temporada. Quizás la cinta le ayude algún día a lograr media docena de goles. Tras recorrer medio campo, lanza un potente disparo, pero un defensa se interpone en la trayectoria.


Y ese defensa es Bruce Harper – Zuñi – al que el balón le ha impactado en el rostro, haciendo gala de su mejor jugada. El balón iba tan fuerte que Bruce acaba tendido en el suelo con amnesia total y encefalograma plano, por lo que no recuerda como le esquilmaron la temporada pasada, que acabo jugando en braguero, ni como ha remontado esta temporada y mira hacia arriba a pesar de las malas jornadas. El bueno de Bruce no se da cuenta de que con una jornada buena le va hacer tragarse la cinta a Phillip Callahan. La camilla no tiene caballos suficientes para retirar del campo a Bruce.


Y a todo esto, en la grada una persona contempla las vicisitudes del juego. Este jugador, que espera poder entrar en el juego pronto, no es otro que el alemán Herman Kaltz – que en castellano, se traduce como Germán Ruiz -. El rocoso defensa germano no encuentra el tono de juego y como no corre por el campo ni lanza chuts estratosféricos, sus recuerdos no se agolpan en su mente, aunque en cuanto tenga una oportunidad demostrará que tiene un lugar entre los elegidos.


Y desde la portería, escondido tras su gorra, el gran Ed Warner - López – no se sabe si recuerda algo o directamente se ha dormido y entre flequillo y gorra no se adivinan sus ojos. El bueno de Ed ha perdido la forma y apoyado en el palo de la portería, ve pasar el partido como un espectador más, mientras recuerda, o será todo un sueño, las buenas actuaciones, los momentos de gloria, los retos y la caída en desgracia. Si un chut llega a la portería, comprobaremos si Ed Warner sigue vivo.


La pelota rueda por el césped, los jugadores pelean cada ocasión como si les fuera la vida en ello, las apuestan están abiertas y solo puede ganar un membrillo. ¿Estáis preparados?


Bueno, espero nuevas ideas, pero que no sean un insulto a mi inteligencia, como la propuesta de gran hermano. Suerte y al toro, membrillos!

9 comentarios:

Don Pin Pon dijo...

me ha gustado y te doy una idea genial, personajes de Barrio Sesamo, eso es grande,

misterinho X dijo...

querido amigo don pin pon, esa la tenga en la cabeza, pero muchas gracias por tu aporte

Julian Ross dijo...

Muy bueno!!!!!

Propongo Dragoi Bola para alguna crónica de las próximas!!!

Oliver Aton dijo...

Secundo la mocion Dragoi Bola y pido encarecidamente que zuñi sea el Maestro Tortuga

Danichu dijo...

Dragoi que? Eso es un equipo chino de fútbol o que????
Curioso que alguien se acuerde de tantos personajes de Campeones. Buen trabajo...

Eso sí, que sepaís que en el último capítulo se descubre que Oliver estaba en coma y cuando se despierta no tiene piernas (recordad el primer capítulo de campeones cuando casi el pilla un camión por culpa del balón). ¿Verdad o fake?

antonio resines dijo...

danichu, tu te estas mezclando campeones con los serrano, tienes el mismo lio en la cabeza como en el comunio

danichu dijo...

señor resines... ciudado con los jamones...
Ahí te dejo para degusteis los más cabroncestes el final:

http://antidepresivo.net/2007/07/05/%C2%BFel-verdadero-final-de-los-super-campeones/
http://foros.gxzone.com/104052-verdadero_final_de_supercampeones_oliver_y_benji.html
http://www.vandal.net/foro/15/474107/ste-final-de-oliver-y-benji-es-cierto/

y se puede seguir... No va a ver solo las series españolas en las que se ven tetas y en vez de actuar se gritan, las únicas con finales tristes.

santiago serrano y el fiti dijo...

joder, cuanto tiempo libre tienen algunos

Paco Martinez Soria dijo...

la próxima entrega que sea con los personajes de "El olor de la papaya verde". Ahí queda eso