Verdades como Puños

Flotan, flotan, todos flotan...

Noche cerrada de luna nueva en el campo de maíz del estado de Comunia. Nada rompe el silencio de la madrugada, excepto el canto de los grillos. La carretera más cercana es una solitaria vía mal asfaltada a varías millas del campamento de verano y de la solitaria casa de unos granjeros, los únicos edificios que sobresalen entre las altas mazorcas. Es una noche tranquila, muy tranquila... de repente de entre las mazorcas, un grito terrorífico resuena con el viento, y una joven rubia de prominentes curvas corre entre los tallos, mientras las hojas le golpean en el rostro y una sombra amenazante se abre paso tras la joven que lucha por su vida. Su gran noche de terror no ha hecho más que empezar...

Dentro de la casa, en el sótano, una de las mentes más terroríficas planea un nuevo juego de inteligencia criminal para cuando la chica sea atrapada. No es otro que JigSaw (Asier), que duda entre ponerle una cadena al pie para que se lo tenga que serrar, una mordaza con bomba incomparada o una oferta persistente con Perotti de por medio. Por su maléfica mente han pasado todos los planes posibles para asesinar a todos sus adversarios, pero una nueva jornada la inteligencia de sus victimas le ha superado y ve como su ventaja se acorta poco a poco. Visto lo visto, su muñeco con triciclo últimamente corre más que él.

En una esquina del campo del maíz espera agazapado a la joven un monstruo alienígena transmutado en el horrible caníbal de niños, dueño de las pesadillas de los más tiernos infantes, el hombre del saco venido del espacio. Con el traje de mil colores lavado con Micolor, la calva incipiente, el pelo desbaratado y rojo, la cara empolvada en blanco, la nariz roja y los dientes afilados con esmeril. Es Pennywise, (Héctor) el payaso de It, que se ha visto muy debilitado en las últimas fechas por la conjura de los niños perdedores –el resto de jugadores a su lado son niños, la edad no perdona – y tras la invocación del rito de Chud, Pennywise se encuentra muy debilitado y no parece capaz de comerse a nadie. Cuando la chica pasa a su lado, el payaso tropieza con sus enormes zapatos y cae al suelo sin rozarla, y ella continúa su loca carrera mientras sigue chillando.

Escondido en el interior de un enorme tronco de un árbol, en la linde del campo de maíz, espera el momento de entrar en acción y comenzar su particular orgía de sangre el pequeño criminal irlandés. Es bajito, es feo, va de verde (y no es la rana), es el Leprechaun (Sergio), que los mata más y mejor. Tras el robo de una de sus monedas de oro, o el balón, no quiere dejar títere con cabeza y lleva una jornadas donde los está matando de todas las maneras, con cuchillo, con hacha, con cuerda, con las manos y a pellizcos. Tiene sed de sangre y sólo espera que la chica se arrime al árbol para lanzarse sobre ella. Pero cuando esto ocurre, el agujero del tronco está demasiado alto y el verde del trébol no alcanza el borde sin un para de cajas de kas donde subirse.

Y de la peor pesadilla de la joven surge el asesino del sombrero calado, la cara quemada, la camiseta de rayas rojas y negras y el guante de cuchillas. Canta la tonadilla con su voz gutural: Uno, dos, ya viene por ti, tres, cuatro, cierra bien la puerta, cinco, seis, toma el crucifijo, siete, ocho, no duermas aun, nueve, diez, los del parking morirán!. Es Freddy Krueger (Páez), que tras cargarse a todos los niños de Elm Street y la calle Beato, se lanza cuchillas en ristre a por la joven. Freddy se lleva la jornada y entra en el podium, y todo eso teniendo en cuenta que ha troceado a sus delanteros. Freddy vuelve a por sus fueros tras varías jornadas como sus secuelas, bastantes flojas, pero no logra agarrar a la rubia, que lo esquiva y sigue corriendo y chillando.

Al otro lado de la carretera, hay un garito abierto donde se reúne lo peor de lo peor de la región. Ángeles del infierno, traficantes, asesinos y ladrones de banco se juntan en torno al whisky y el rock de la frontera. Y al ritmo de las cucarachas enojadas sale al escenario contoneando las caderas con compás cadencioso, el bikini mínimo y la serpiente amarilla resbalando por los poros de la piel, lubricados por el sudor húmedo. La diosa emplumada elige a su víctima y en un instante se convierte en Satánico Pandemonium (Dani), el vampiro asesino de dientes afilados, nariz horrenda y tremendos pechos por el que muchos se dejarían morder. Tras morder el cuello a varios hells angels, el aroma a virgen del campo de maíz le alcanza la pituitaria y se lanza desbocada a por más sangre. Pese a las últimas buenas jornadas, Satánico tropieza con la serpiente, que se había enredado entre sus pies y cae ladera abajo, perdiendo una posición.

En una esquina dela campo de maíz un pequeño niño juega tranquilamente a la luz de luna. Es un tierno infante de mirada desvalida, flequillo a un lado y con sus manos inocentes dibuja en la tierra decenas de cruces invertidas. El niño es el Anticristo, el prometido del infierno, el que cumple la profecía del fin de los tiempos. Con la marca del diablo en el cogote, el 666, el pequeño Damien (Larroda) ha acabado con sus padres, los profesores, la señora de la limpieza y uno de Cuenca que pasaba por allí. El Anticristo no pasa por sus mejores momentos, ya que el papa Razinger en un tío duro y sufre más maldiciones de las que lanza. Pese a ello logra avanzar algo en la clasificación, aunque a la chica ni la huele de cerca y sigue jugando en la tierra mientras piensa como acabar con el reinado de cristo en la tierra.

En la cuneta de la carretera espera un accidente providencial, maza en mano, una de las peores mentes criminales, la mayor perturbada y más terrorífica soltera, la fan más aterradora. Es Annie Wilkes (Pedrosa), la raptora de Misery, que ha roto ya varias piernas (léase Pepe y Filipe), y a la que se arrime la chica le arrea un martillazo en el tobillo que se le van a quitar las ganas de correr. Pero la chica se ha desviado hacia la casa, y Annie se queda soltera y desangelada en la cuneta, perdiendo fuelle y posiciones y dejándose escapar al pobre Paul Sheldon, que huye cojo como alma que lleva el diablo.

Otro vampiro hace su aparición en la escena terrorífica. Revolotea aproximándose hasta la chica mientras comienza su transmutación en humano. Es el jefe de la banda de vampiros del pueblo, el más duro y el más malo, tiene sed de sangre y una gabardina muy chula. Es David (Tomy), el vampiro del clásico Jóvenes Ocultos, que a ritmo de la música heavy más clásica, esta decidido a hincarle el diente a la muchacha, y si le dejan, a un par a los que tiene ganas. Ha convertido a todos los adolescentes del pueblo con una muy buena jornada, y quiere ser candidato a inflarse a glóbulos rojos y leucocitos. Pero por ahora tropieza en el campo de maíz, y la chica se escapa de sus mordiscos por los pelos.

Está muy loco y asesina por doquier a todo el que pilla, menos a su novia, que siempre le hace la pascua y se le escapa viva.. Oculto debajo de su manto negro y su máscara eternamente aullante, cuchillo en ristre, Ghostface (Mikel) quiere ser el peor asesino de todos, pero últimamente se parece más a la versión cachonda y porrera de Scary movie, con el negro morritos calientes a su lado haciendo el gamba. Ni mata, ni hiere ni asusta en estas jornadas, y Ghostface no logra llevarse un mal asesinato a su historial. La joven al pasar a su lado lo esquiva con un quiebro de cintura y Gosthface lanza cuchilladas al aire mientras ve como el móvil no tiene cobertura y no puede hacer su llamada acojonante..

Es grande, es feo y no abandona su machete nunca. Ha acabado con todos las parejas fogosas del campamento a pie del lago, y ahora no va a dejar que la chica se le escape. No abandona su machete ni su máscara de portero de hockey, es Jason (Borja), más sangriento que nunca. El pequeño niño deforme ahogado en lago se ha convertido ahora en uno de los killers más temidos y más torpones, siempre había una silla en medio, un peldaño flojo en la escalera, o la máscara se movía del sitio. Jason remonta el vuelo en las últimas jornadas, afila machete entre las mazorcas y se apunta a la rebelión de los modestos en busca de una nueva secuela. Cuando va a rebanar el pescuezo de la joven, mete el pie en una topera y falla el golpe por milímetros, entre los chillos de la víctima aliviada.

Desde la puerta, un nuevo monstruo asoma y comienza una loca persecución en pos de la vida de la rubia. También se oculta tras una máscara y se acompaña del soniquete repetitivo y cargado de decibelios de su motosierra. Es Leatherface (Jorge), el caníbal texano de la máscara cicatrizada que quiere servir rubia estofada para la cena y compartirla con la familia en la cabaña. Buena la carrera de Cara de Cuero, que esta jornada reverdece viejos laureles y alegra al cabeza de familia, pero que no logra trocear a su esquiva víctima, ya que la motosierra se hay quedado sin gasolina.

Y en la cabaña, en el sótano, dentro de un oscuro laboratorio, el científico más loco, el genio del mal más desquilibrado inmerso en uno de sus proyectos más terroríficos. Es el doctor Herbest West (Luisda), el demente profesor de Re-Animator, que inyecta su suero verde a todo lo que se menea, y parece que da resultado, porque casi todos sus muertos en las últimas jornadas han cobrado vida y empiezan a funcionarle. Se tendrá que hacer la prueba consigo mismo, e inyectarse el suero, a ver si grita: ¡Vivo, está vivo!.

En el campo de maíz la chica se encuentra con un pequeño muñeco tirado en el suelo. Parece un ser inanimado, un juguete infantil abandonado, pero no es otro que Chucky (Zuñi), que espera a que la rubia se acerque para abalanzarse sobre ella al grito de Pibón!. Pero la joven logra esquivarle por centímetros y sale huyendo despavorida. El pobre Chucky la ve alejarse, como a sus posibilidades de entrar en el top-ten.

Surgiendo de las entrañas del infierno, el demonio de los piercings, el señor del sado, el gran líder de los cenobitas, Pinhead (Germán) de Hellraiser, que le ofrece a la joven la unión del placer y el dolor con sus artificios e instrumentos de tortura sexual. Pinhead sufre más que goza esta jornada y los pinchos de la cabeza le oprimen demasiado el cerebelo para entender que con Xabi y medio Almería no va a levantar el animo. La chica no se fía del rey del cuero y toma otra dirección en su desesperada carrera por la vida.

Parece que por fin llega a la carretera, por donde se acerca un camión de transporte de ganada que será la salvación de la joven. La chica hace señas para que se detenga, mientras respira aliviada, pero al parar el camión a su lado, la joven descubre horrorizada al conductor del vehículo. Con los ojos inyectados en sangre, la mandíbula desencajada y la lana suave y mullida, la conductora es una oveja asesina (López), que se lanza a la yugular de la joven que no puede hacer nada y muere, como todas las jornadas de la oveja mutante, que se hunde y se hunde y sin remisión. La sangra mana del cuello de la joven y la oveja la despedaza y se la come con toda la tranquilidad de una oveja

Bueno, y para la próxima jornada os espera grandes series de nuestra infancia
Terrorífica suerte y al toro, membrillos!

7 comentarios:

Mister X Vete ya!! dijo...

Mister X RETIRATE!!!

el apuntador. dijo...

Paez si que da miedo!!!!!!!!!!! buaaaaaaaa

ay que rica dijo...

dani cada semana me pone mas caliente......

GERMAN dijo...

MR X te desafio a que busques en mi equipo a más de dos jugadores del Almería, a ver si actualizas tus archivos y lo compruebas.

Fan - German dijo...

ojo que german se rebela!! mister x que tienes que decir a esto??????

De Estambulllllllll dijo...

Menuda fulll!!!!!

Danichu dijo...

Sin tetas y a lo loco!!!!!!!!